lunes, 12 de marzo de 2012

El sol desnudo



Esta es una de mis novelas favoritas de Asimov. Al contrario de lo que le suele pasar a mucha literatura de ciencia ficción, que con el paso de los años se queda tecnológicamente desfasada y por ello resulta obsoleta, la mayor parte de las historias del divulgador y novelista norteamericano siguen manteniéndose frescas y muy vigentes.

De hecho, el libro que nos ocupa fue publicado por primera vez en 1957, pero su trama sigue enganchando. «El sol desnudo» es el segundo libro de una trilogía protagonizada por el rudo Elijah Baley,  un policía terráqueo que ya había demostrado su gran ingenio en la anterior novela «Bóvedas de acero».

La serie novelada transcurre en un lejano futuro en el que la humanidad ha colonizado, gracias a los robots positrónicos diferentes sistemas planetarios. La Tierra ha terminado convertida, en  un continuo de macrociudades, aisladas del exterior por gigantescas bóvedas de acero, donde el clima y todos los demás factores ambientales están perfectamente controlados. Todo ello ha contribuido a los habitantes de La Tierra padezcan una incontrolable agorafobia. Además, nuestro planeta ha dejado de ser el centro económico y político del universo, desplazado por la emergencia económica imparable de los planetas exteriores.

En esta ocasión Baley se enfrenta a un caso desconcertante. La acción discurre en  el planeta Solaria, un peculiar mundo, cuya fuente de riqueza es la fabricación de robots positrónicos,  con una población limitada por ley a 20.000 habitantes. Sus escasos pobladores habitan solos  y aislados en enormes propiedades, sin tener ningún tipo de contacto humano directo. Sus escasas interacciones tienen lugar a través de imágenes holográficas, «visionados», y consideran la posibilidad de mantener contacto directo  con otro ser humano como algo descortés, humillante y repulsivo.

Sin embargo, algo insólito ha ocurrido en Solaria, uno de sus más prominentes habitantes, ha sido asesinado, y la principal, y en principio, única sospechosa plausible es su esposa, Gladia Delmarre. La única persona que esporádicamente podía llegar a verse directamente con el asesinado. Baley pondrá en marcha su método de investigación complejo e impulsivo para hallar al culpable.

Al margen de la excitante trama policíaca, en el libro se contraponen dos culturas aparentemente antagónicas, y sobre todo dos visiones muy diferentes de cómo entender la relación del ser humano y su entorno, social y ambiental. Estos paradigmas producen consecuencias fisiológicas reales, cuando los protagonistas intentan romper las reglas asumidas por generaciones. El curtido detective se desvanece cuando se ve obligado a salir al exterior por un corto espacio de tiempo. Del mismo modo, algunos de los habitantes de Solaria, caen en un estado de histeria incontrolada, cuando Baley los visita en persona.

Todo ello nos hace reflexionar sobre el modo en el que se construyen los paradigmas mentales, ilustra lo profundamente sólidas que son estas estructuras mentales, cómo condicionan nuestro pensamiento, y por ende nuestro comportamiento. También muestran lo difícil que es quebrantar las certezas de las que se componen, y las consecuencias que de tratar de hacerlo se pueden derivar. La sonrisa de suficiencia que nos provocan los absurdos avatares de los personajes de la novela, nos debe hacer analizar sobre la profundidad de nuestros propios paradigmas y cómo éstos nos limitan. Por esta razón, resulta una excelente referencia literaria cuando uno desea acercarse a esta interesante temática.


Autor: Isaac Asimov
Título:  El sol desnudo
Editorial: DEBOLSILLO
Nº de páginas: 296 págs.
ISBN: 9788497937856
Año edición: 2005

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